Loncheras escolares deben aportar del 10 al 20% de calorías que necesita un niño cada día

Las loncheras escolares son porciones de alimentos que se consumen entre comidas y que cumplen un papel esencial en la nutrición de los niños en etapa pre escolar y escolar, pues les ofrecen del 10 al 20% de las calorías que necesitan para desarrollar de manera óptima sus actividades diarias.

 

“Para preparar una lonchera escolar saludable se debe tener en cuenta la edad del niño, la cantidad de horas que va a pasar fuera de casa y también se debe considerar el clima”, señaló la licenciada Giuliana Reyes Rangel, nutricionista del Hospital Nacional Edgardo Rebagliati Martins de EsSalud.

 

La especialista explicó que una lonchera básica se debe estructurar con tres elementos básicos: un líquido, considerando que si un niño pesa 30 kilogramos debe llevar aproximadamente 300 mililitros de líquido. De preferencia puede ser un refresco de fruta o de cereales preparados en casa y no preenvasados, nunca un jugo de frutas porque puede fermentarse.

 

El segundo elemento es la parte sólida, que debe estar compuesta por un sándwich que puede ser de pollo, queso, aceitunas, mermelada, mantequilla. Se recomienda evitar las frituras, las verduras crudas o las preparaciones perecibles (aquellas que contienen mayonesa, por ejemplo).

 

“El objetivo es brindar un aporte energético y preparar al niño para sus actividades diarias en la escuela como el juego y el estudio, por eso se debe priorizar los alimentos saludables y prescindir de la comida chatarra y las calorías vacías, es decir aquellas que no tienen proteínas”, detalló la licenciada Reyes.

 

Finalmente, una lonchera sana debe incluir una fruta de estación no muy madura (para evitar la fermentación) y con cáscara para evitar que se contamine. Se recomienda mandarinas, manzanas, granadillas, plátanos, peras o naranjas.

 

“Las frutas aportan vitaminas y minerales y contribuyen a la hidratación del niño; una forma simple de establecer la porción adecuada de fruta para el niño, es medirla con el tamaño de su puño”, recomendó la nutricionista.

 

Cabe señalar que en esta etapa los padres tienen la oportunidad de forjar hábitos alimentarios saludables en sus niños al establecer los horarios de las comidas o incentivar el consumo poco frecuente de dulces pues no solo provocan caries sino problemas a futuro como obesidad, diabetes, arterioesclerosis, entre otras enfermedades crónicas no transmisibles que causan millones de muertes en el mundo.

 

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