La desnutrición infantil produce un bajo desarrollo neuronal y un sistema inmunológico deficiente

  • Un adecuado desayuno, lactancia materna y comida variadas son clave para evitarla

 

La desnutrición es el desequilibrio que surge entre los requerimientos del cuerpo y la ingestión de nutrientes, lo que ocasiona deficiencias acumulativas de energía, calorías, proteínas y micro nutrientes. Todo ello, a su vez, afectará en forma negativa el crecimiento y desarrollo de los niños; sin embargo, para detectarla a tiempo, los padres deben estar atentos al desarrollo de sus hijos.

 

“Signos de alarma como la disminución de más de cinco kilogramos de peso, fatiga, mareos o disminución de la función inmunológica, son característicos de los casos de desnutrición”, afirmó la licenciada Bertha Polo Bazalar, nutricionista del Hospital Nacional Edgardo Rebagliati Martins.

 

Este problema traerá, a la larga, constantes infecciones en el niño, que desarrolle un músculo cardíaco con masa proteica disminuida, el sistema inmune deficiente, anemia y un pobre desarrollo neuronal debido a que la niñez es un período crítico donde hay crecimiento de la masa cerebral”, remarcó.

 

La nutricionista sugirió que para una adecuada alimentación, los niños deben tomar un desayuno consistente y saludable que también contribuirá a facilitar la atención en el colegio y una mejor comunicación con su entorno.

 

Agregó que los tiempos de comida son importantes. “En los lactantes con alimentación complementaria se recomienda tres tiempos de comida, más dos adicionales que son meriendas de media mañana y media tarde (pueden consistir en frutas o cereales) y en los preescolares tres tiempos de comida más un adicional.

 

Asimismo, la licenciada Polo hizo énfasis en el beneficio de la leche materna para el crecimiento y desarrollo saludable durante los primeros seis meses de vida, alimento rico en proteínas para la formación de masa corporal. ”Luego de los seis meses continuar con la lactancia materna hasta los 2 años o más, conjuntamente con la alimentación complementaria”, agregó.

 

Recomendó que entre los 6 y 10 años se deben consumir lácteos, tres veces al día, bajos en grasa y sin azúcar, pescados, carnes, pollo diariamente, menestras, cereales, frutas y verduras.

 

“En cuanto al tratamiento, consiste en la evaluación médica para luego mantener un control nutricional. Ello permite que el niño empiece a recuperar el peso perdido, hay un mayor ingreso energético, se le proporcionan calorías, proteínas adecuadas para su edad, se recomienda una dieta variada y balanceada”, mencionó.

 

Cabe señalar que entre las principales causas de la desnutrición infantil se encuentra la no lactancia materna exclusiva. “Dentro de los factores socio ambientales tenemos a la pobreza extrema, falta de trabajo, analfabetismo, la baja cobertura del sistema de saneamiento ambiental, malas condiciones de vivienda, medio ambiente contaminado”, finalizó la nutricionista.

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