Uso continuo de videojuegos restringe habilidades sociales de niños y eleva el estrés

Especialista de EsSalud recomienda potenciar las actividades familiares

Pobre motivación para comunicarse, negación a salir de casa o participar en actividades socio-familiares y resistencia a interactuar con otros niños, son algunas de las características que presentan los menores con problemas de adicción a los videojuegos, su práctica indiscriminada interfiere no solo en sus habilidades sociales, sino que eleva el nivel de cortisol (hormona esteroidea) que es un indicador de stress, advirtió la doctora María Elena Santiago Gómez, del Seguro Social de Salud (EsSalud)

 

La neuropsicóloga del Hospital Nacional Edgardo Rebagliati Martins de EsSalud explicó que una adicción es la propensión a utilizar un estímulo en forma exagerada y no tener control para detenerse. En el caso de los niños, los juguetes, tarjetas y otros objetos promocionales asociados a los videojuegos, apelan a su lado lúdico, lo que agudiza su incapacidad de autocontrol.

 

“La competencia, música, imágenes y la exaltación de la fantasía, son elementos que cautivan por lo que influyen en la atracción que sienten los niños por los videojuegos. Sin embargo, si permanecen más de dos horas continuas jugando, podemos encontrarnos frente a un caso de adicción”, dijo.

 

Por ello, la especialista enfatiza en la necesidad de que la familia supervise el tiempo y el tipo de videojuegos a los que acceden los menores. “Los padres son directamente responsables de estas adicciones porque convierten la televisión o a las computadoras en niñeras que sustituyen el tiempo que deben pasar con sus hijos”, agrega.

 

Es preciso señalar que, usados razonablemente los videojuegos pueden tener algunos efectos positivos sobre los niños, porque permiten desarrollar sus habilidades perceptivas, visuales, velocidad motora y aún la capacidad de anticipación. El problema radica cuando el uso indiscriminado de la tecnología se convierte en su único interés, convirtiéndose en la compañera del niño porque se tornan en elementos que afectan su comportamiento y el desarrollo de su personalidad.

 

“Hay que propiciar alternativas creativas para potenciar la vida familiar, fomentar la comunicación y el contacto de los padres con los hijos. Además, es indispensable averiguar qué le gusta hacer al niño, para poder incentivar la práctica de otras actividades que no sean en solitario como deportes y lecturas, que puedan asegurar un buen uso del tiempo libre”, puntualiza la doctora Santiago.

 

En épocas en que los padres pasan mucho tiempo fuera de casa trabajando, urge controlar el tiempo dedicado al uso de videojuegos con la persona que queda como responsable del cuidado de los niños limitando sus horarios, en especial si se encuentran de vacaciones.

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